martes, 5 de febrero de 2008

Brindemos por el amor y sus fracasos mientras podamos escoger nuestra derrota


8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Fracaso? ¿Qué es el fracaso? De toda experiencia dolorosa se extrae enseñanza que nos ayude a evitarlo o minimizarlo con posterioridad. Además, a menos que se sea de sentimiento melancólico o pesimista, la tubular perspectiva ofrecida por el transcurso del tiempo consigue que sólo se recuerde el punto luminoso del grano del placer disfrutado, olvidando la paja del dolor.

Sonreír con lo disfrutado y aprender de lo sufrido. No es un consejo, es un lema y mi humilde opinión.

No obstante, tiene suerte Manuel por contar con amigas como la autora de esta blogosfera.

Manuela dijo...

¿Qué es fracaso? Cada uno lo sentirá de forma distinta. Para mi fracaso es no conseguir un objetivo deseado, bien por propia incapacidad o porque causas ajenas lo han impedido. Mientras que la derrota implica una lucha, un desgaste y finalmente un fracaso. El fracaso en si mismo no tiene porque llevar implicita una derrota (una lucha).
Reconozco que la frase se las trae y no es facil entenderla. Aparentemente da la sensación de ser triste cuando realmente yo no la siento así, pues al decir “mientras podamos escoger nuestras derrotas” te está diciendo que el sujeto ha podido escoger, es decir tiene LIBERTAD para luchar o no por un amor.
También la acción de brindar por “el amor y sus fracasos” lo entiendo como “brindar por el intento del amor” (surja este o no).
Y después de este galimatias, la frase, a mi entender quedaría más o menos así:

Celebremos el amor y sus intentos mientras seamos libres de escoger lo que queremos.
Como ves, en el fondo, no es más que un brindis a la vida y a la libertad.

Anónimo dijo...

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verde le han salido….
….Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Es un fragmento de un poema que tú me has insinuado en mi blog.

Arriba ese ánimo, que en el amor no hay fracaso, solamente experiencia para tratar de no repetir nuestros posibles errores.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Manuela: Aclaración necesaria y clarificadora, valga en este caso la redundancia de las palabras. Ahora sí entiendo el mensaje que pretendías dar.

Gran verdad la que proclama Unjubilado, se le nota la experiencia que le ha otorgado vivir.

josealop dijo...

En el pasado pensaba que era un fracaso enamorarse de alguien, luchar por una persona, y que al final de todo no se llegue al objetivo deseado; principalmente por el dolor que se siente en estas situaciones.
Actualmente en cambio tengo otra imagen, enamorarse es muy bonito, te sientes vivo, es un torrente de sensaciones y emociones, la alegría te desborda, eres feliz.
En cualquier caso siempre que el sentimiento sea sincero merece la pena intentarlo, luchar por ello, y si al final no surge no has de sentirte mal por ello, en primer lugar porque has actuado como corresponde, en segundo lugar porque has sido feliz mientras ha durado, y en tercer lugar porque la experiencia, las sensaciones te han hecho vivir y te proporcionan enseñanzas para que la próxima vez estés mas preparado.
Enamorarse siempre es positivo, lo negativo es no saber aprovechar el momento mientras dure... y cuando finalice encerrarse en uno mismo viendo solo la parte mala, el dolor final, en vez de quedarse con la experiencia.
No querer enamorase siempre es negativo, porque te priva de una parte muy importante de la de la vida, te priva de felicidad que es lo que todos deseamos.

marisa dijo...

Voy a brindar por el amor a secas.. no me gusta ser derrotada ni en el parchís :P

Anónimo dijo...

Querida madre:

Hoy siento la tristeza inundando mi cuerpo, pugnando salir a borbotones por los poros de mi piel. Hoy he hecho recuento de todas las personas a quien amé.

Desde aquellos días en que se abrió de par en par la puerta de la pubertad y descubrí que tocarme era otra cosa que rascarme, algo más placentero que me transportaba a universos desconocidos llenos de sensaciones y que se abrieron de golpe, sin aviso previo.

Recuerdo aquel día en que tomaba la comunión la primera persona que recibió, sin ella saberlo, todo el amor que fui acumulando desde la más remota niñez. Aquella persona que, con los años, descubrí vacía y carente de sensibilidad. Con el paso inexorable del tiempo descubrí que fue una suerte recibir aquel primer rechazo, pero en aquellos días casi infantiles sentía como si el mundo me devorase de una sola dentellada.

Recuerdo, también, aquella otra persona que tanto significó para mí pero que tampoco conseguí alcanzar, sólo rozar sutilmente con la punta de mis dedos. Aquella persona de la que estoy convencida de que habría sido la de mi vida, la nacida para complementarme…

Pero también medito sobre el futurible que habría resultado de compartir mi vida con aquella persona. Quién me dice que con la convivencia diaria y con el implacable día a día no habría acabado descubriendo que la persona a la que entregó su corazón y destino no era merecedora de recibir tal suerte. O lo contrario, claro; que hubiera resultado un completo fiasco para mis expectativas emocionales.

En fin, a pesar de que nunca he estado sin compañía lo cierto es que siempre me he sentido sola porque nadie ha sabido llegar hasta mis rincones más remotos, o quizás yo no he sabido enseñarles el camino. La soledad cubrió mi corazón desde aquel primer enamoramiento y creo que se instaló ahí adentro, que nunca me abandonará.

He aprendido a convivir con la soledad, como si fuera mi enamorada, aunque ella y yo sabemos de nuestro mutuo odio, porque aunque siempre la busco con anhelo y ansia, en el fondo sé, como ella, que no es la persona de mi vida.

He sabido que la persona de mi vida siempre será inalcanzable, como yo lo soy para el resto del mundo, aunque ella ignore que mi corazón siempre le será fiel.

Madre, te dejo por hoy. Quiero imaginar dándome a la persona que se llevó mi capacidad completa de amar, el ansia de sentir, de entregarme como supo que fui capaz de hacerlo, aunque esto nunca fue recíproco.

Madre, a pesar de lo vivido y sentido, a pesar de que otros días la emoción me embarga por haber descubierto el amor sincero y verdadero, hoy me siento triste. Triste y sola.

Sagrario.

Marcelo Escobal dijo...

Esto está lleno de golpes bajos (sobre todo los visuales). Así no vale :-)
Abrazos.
ME